Las compañías de teléfonos móvil están llegando a los lugares más lejanos y en el campo también hay la necesidad de este servicio, pero no es fácil encontrar la señal. En La Horma, uno de los campos más productivos de Ocoa, encontramos a este agricultor que creó su propia cabina con señal para celulares, donde hay que hablar sin moverse mucho porque puede perder la llamada. Le hizo un techo de cana, pues hay llamadas largas y no es fácil si hay sol o está lloviendo.
Tiene su canastilla pegada a un palo donde llega la señal y son colocados los celulares. Nos cuenta el agricultor que hay que moverse mucho para buscar señal, pero que ahí siempre llega. Se dio cuenta que en ese lugar específico hay señal porque un día le llegó un mini-mensaje cuando cruzaba por el sitio donde construyó la cabina al estilo del campo.
Tiene su canastilla pegada a un palo donde llega la señal y son colocados los celulares. Nos cuenta el agricultor que hay que moverse mucho para buscar señal, pero que ahí siempre llega. Se dio cuenta que en ese lugar específico hay señal porque un día le llegó un mini-mensaje cuando cruzaba por el sitio donde construyó la cabina al estilo del campo.
Esto de moverse a buscar señal de los celulares en el campo es común y a veces tienen que subir hasta una loma detrás de unos puntos en que puedan hacer una llamada. Aquí en este lugar, los celulares los mantienen en esta improvisada cabina para cuando los llamen no salga el buzón de voz. Por un lado es un riesgo, pues si los dejan sólo, fácilmente no encuentren su móvil. La tecnología avanza y en el campo se las ingenian para que pueda llegar hasta allí.
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