Llegar a ser anciano es una bendición y no siempre todos corremos con la misma suerte. La vida puede tratar a los ancianos de manera dura, pero al final sigue siendo una bendición la vejez. Suelen ser incomprendidos y sueñan con terminar sus días rodeados de cariño, pero casi siempre llegamos tarde a esa cita de amor. Ver en estos tiempos, jóvenes pensar que el mundo se acaba en horas, que se convierten en irresponsables consumidores de drogas, que pierden su dignidad y sus sueños son vacíos, sólo vemos en ellos unos tristes jóvenes ancianos. Escenas como ésta reflejan pena y desesperanza en una sociedad que es injusta y peor para otros, donde simplemente nos vence el sueño y se apaga la vida.
jueves, 12 de noviembre de 2009
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1 comentario:
Profundo hermano. Me encantó este Post, refleja fielmente cuando dejamos pasar la vida y llegamos a esa etapa sin logros ni nadie a nuestro alrededor que nos aprecie. Saludos.
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