El pasado domingo en el Pinar, se celebraron dos partidos en los que dividieron honores el equipo de El Pinar y el de la Ciénaga. En la mañana llegamos en la tercera entrada y las gradas ya estaban repletas y el juego prácticamente de un sólo lado, pues el Pinar ganaba 9 por 3.
Como era de esperarse, "no cabía un mandao'..." Las gradas divididas de fanáticos que gritaban cada lanzamiento y se intensificaba al conectar algún hit. Un domingo en que el sol era sofocante, pero a la vez una amenaza de lluvia.
El partido de la mañana fue ganado por el equipo de El Pinar, al equipo de La Ciénaga de los Corozos, muchas carreras a poquitas. En la tarde fue todo lo contrario y la serie se colocó 5 por 4 a favor de El Pinar.
Como era de esperarse, "no cabía un mandao'..." Las gradas divididas de fanáticos que gritaban cada lanzamiento y se intensificaba al conectar algún hit. Un domingo en que el sol era sofocante, pero a la vez una amenaza de lluvia.
El partido de la mañana fue ganado por el equipo de El Pinar, al equipo de La Ciénaga de los Corozos, muchas carreras a poquitas. En la tarde fue todo lo contrario y la serie se colocó 5 por 4 a favor de El Pinar.
Papito Vere, era el árbitro principal, tarea que no es fácil cuando hay dos equipos tan aguerridos y ambas fanaticadas no permiten equivocaciones mínimas.
El otro árbitro, en las bases, lo era Piro Sánchez, con menos presión. La pared del estadio es la cañada y la gran loma que se observa en el fondo, algo muy común en los estadios de las comunidades de Ocoa.
"El Cache" se cansó de estar parado y se sentó con su pote de ron a mirar para todos lados, menos para el juego. Quizás le dio hambre, quizás se aburrió de un juego en que el contrario ganaba de 8 carreras y el sol no daba chance.
Se conectaron varios jonrones, incluyendo dos del lanzador de El Pinar, que "utility", púes es cuarto bate, lanzador y si hay que salir a relevar el juego de la tarde, no hay problemas. En el fondo, todos recostados de la maya ciclónica disfrutaban del espectáculo.
A pesar de una ventaja de 8 carreras, la preocupación del equipo del Pinar en la octava entrada era evidente, pues le llenaron las bases los "alitas cortas" y se iban a enfrentar al grueso de la tanda de la Ciénaga. No pasó de ahí y pudo resolver el problema el lanzador. El fanático del fondo era uno de los que más cómodo estaba, pues vió el juego en primera fila y acostado.
El parqueo estaba lleno de motores, al lado del baño improvisado de este señor ante la mirada del niño de atrás. Al parecer estaba atacado, pues ese no es el espacio para esta necesidad, pero si estaba atento y mirando a todos lados para ver si alguien lo veía en la acción.
El equipo de El Pinar sólo esperaba el final para salir a celebrar su triunfo junto a su fanaticada, pues ya era la una de la tarde y le esperaba un suculento almuerzo que se hace cada domingo en estos encuentros.
Ver estos juegos de equipos tan rivales es emocionante, donde los fanáticos están tan cerca y hacen las veces de manager y coach, pues las opiniones están a la orden del día, en un deporte que todos conocemos. Vea la foto como el coach de tercera tiene varios "fanáticos ayudantes".
Este es el lanzador de la Ciénaga, un fajador, pero como dicen en el béisbol de estos lugares, "no tiene familia". Le dieron muchos palos y seguía ahí en el box, donde celebraba un poche luego que le han hecho 15 carreras a palos limpios. Que fuerte!!!
El comercio se movía, el calor atacaba y este joven traía agua para los fanáticos. El "cache" con sus lentes "bacanos" y detrás de la soga disfrutaba del juego del que no le importaba quien era el ganador, pues le preguntamos como estaba el juego y ni lo entiende.
Estos juegos son cada domingo, tanto en la Ciénaga como en el Pinar. Siempre se llena y la gente de todos los alrededores pasan un domingo deportivo de grandes emociones.
Este amigo fue el último out. A juzgar por el swing, nos parece que lo trajeron a batear porque el juego estaba de un solo lado y había que darle el chance. No es novato, pero si está de retiro.
Finalmente llegó la celebración en el box, donde se confunden fanáticos y jugadores en abrazos y saludos. El de la trompeta que le dirige su instrumento a la fanaticada perdedora de la grada del frente.
Ni ganadores, ni vencidos, sólo salen del estadio a compartir el almuerzo. Esta serie está pactada a un 21 - 11 y hay dos becerros para la fiesta final. En el fondo la carpa que vendía la bebida, pues aquí se dinamiza la economía.
"Salva" el yunyunero de Ocoa, atacado por los pedidos de la multitud que salía del estadio. Se nota que le va bien, pues trasladar ese carrito de Yunyun desde Ocoa al Pinar, "no es un out fácil".
Todo tipo de negocio se aprovecha en el lugar y aquí podía encontrar refresco con hielito. Estos juegos permiten que mucha gente se gane su comida con estos negocios, en un pueblo que siempre hay falta de empleo.
Saliendo del estadio encontramos este señor con un carrito muy curioso donde se transporta. Este carrito tiene pedales en el guía y es movido con las manos. Macuto en mano veía a los fanáticos salir del estadio.
Muchos a pie, otros en camionetas, jeep y motores a toda capacidad, de tres y cuatro gente por motor que se dirigían para donde estaba "el moro".
Entre otras cosas curiosas, vimos este burro que era remolcado por su dueño en un motor. Como cambian los tiempos. Pero el animal estaba un poco rebelde al ver salir tanta gente a la carretera. En fin, este domingo continúa el torneo en los Corozos y el próximo en el Pinar, que inicia sus fiestas patronales el 18 de noviembre. No dejes que te cuenten!!!
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