Fiscalía Baraja Fiesta del JNC

La fiesta del lanzamiento de la promoción 2009-2010 del liceo José Núñez de Cáceres fue suspendida en el último momento porque el Ministerio Público de Ocoa en la persona del Licdo. Nerys Soto, procurador fiscal, envió dos fiscalizadores y más de 4 policías con armas largas para no permitir la entrada de menores a Rancho Francisco. Era un fiesta playera y hubo que recoger la decoración.
Independientemente de que se actuó con la ley, creemos desafortunada la medida por varias razones. Lo primero es que dejaron que llegara la hora de la fiesta para decirles que no podían entrar menores, lo que decretó una suspensión automática, pues los estudiantes de la promoción en un 90% son menores, lo segundo es que ya se ha permitido que otras promociones hagan su lanzamiento en el mismo lugar lleno de menores. Otra cosa es el aparataje que se hizo con fiscales y policías, cosa que no hacen donde realmente está el mal de nuestra sociedad. La ley debe ser para todos y este tipo de espectáculo se pudo evitar antes, pero al parecer se quería crear un precedente que finalizó creando un malestar, decepción e impotencia en una juventud, que si bien es cierto hay que proteger, tiene el derecho de por lo menos celebrar un evento que es único en sus vidas.
La suspensión de este lanzamiento a la misma hora en que llegaba la gente, tiene pérdida por todas partes. Mucha gente vino de Santo Domingo y otros lugares por la fiesta, los cientos de boletas que estaban vendidas y hay que devolver el dinero, lo que se dejó de percibir en ganancias, el pago a los artistas sin cantar una estrofa, el gasto en decoración y publicidad, los multiples viajes a Santo Domingo para gestionar artistas, entre otras cosas. En cuanto al comité de promoción está la pérdida de tiempo, de esfuerzo y de una ilusión que vienen arrastrando desde 2do. y 3ro. de bachillerato.
En el parqueo del lugar se veía la gente protestar, buscar culpables, exigir la devuelta del dinero que pagaron y hasta hablar de cuanto habían gastado para hacerse un moño en el salón. En cambio otros se subieron en "la amarillona" en busca de otro destino donde compensar la frustrada fiesta.
El destino final, el parque Libertad, que parecía un desierto antes de la suspención del lanzamiento de promoción, pero todo el que se preparó para la fiesta, menores o no, se gozó el sábado en medio de bebidas y chercha, cosa que nos permite decir que el único logro que se obtuvo con la suspensión, fue dañarle el evento, única y exclusivamente a los estudiantes del liceo.
El Ministerio Público tiene todo el derecho de hacer cumplir la ley, pero debe prevenir cuando hay que hacerlo y medir a todos con la misma bara; o to' toro, o to' vaca. La policía no pueden tratar a los jóvenes que salen a una fiesta como que están en un motín de una cárcel o en una huelga general.

El coro se hizo en el parque. Muchas madres fueron con sus hijos a ver el espectáculo de baile que se presentan los estudiantes, al igual que los eventos que se hacen en estos lugares para recaudar fondos y que participan hasta niños. Es lamentable que los estudiantes ocoeños del liceo no pudieran tener su fiesta como lo hacen otros en todo el país, independientemente de que la Secretaría de Estado de Educación tenga prohibidas las fiestas.

En fin, la fiesta siguió en el parque y como todo el mundo sabía, menos el Ministerio Público, que la cura era peor que la enfermedad, pues todas las bebidas alcohólicas estaban claramente en manos de menores y a la vista de todos. La conclusión fue que la gente se embriagó más rápido, se armaron pleitos entre jóvenes en las calles del parque, la policía hizo disparos de balines para dispersar la explotadera de botellas de algunos impertinentes que sólo querían provocar desordenes, cosa que no habría sucedido, si hubiesen estado en el lanzamiento. Termino recordando la frase de Don Bosco que dice: "Me basta que sean jóvenes para amarlos".