Es fácil ver en el parque de Ocoa una gran cantidad de niños sin garantías de un ambiente seguro, saludable, cariñoso, que pueda desarrollarse física, mental, moral, espiritual y socialmente, en forma saludable y normal, así como en condiciones de libertad y dignidad. Ahora que inicia la escuela, no hay garantía del acceso a la educación para estos niños que deben crecer al amparo y bajo la responsabilidad de sus padres, en un ambiente de afecto y de seguridad moral y material, pero que al parecer a pocos les importa. La sociedad y las autoridades públicas tienen la obligación de cuidar especialmente a los niños sin familia. Ojo con esto porque "los hombres y pueblos en decadencia viven acordándose de dónde vienen; los hombres geniales y pueblos fuertes sólo necesitan saber a dónde van."
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